Es el espacio donde la maestra construye con los niños los acuerdos de convivencia, las normas y el plan de trabajo, y los niños van regulando sus acciones aprendiendo a permanecer y a escuchar. Es la primera y última actividad que realizan los niños durante la jornada. Como actividad de iniciación, le permite al niño participar de la construcción en grupo el plan del día, situarse en el tiempo y en el espacio; como actividad de finalización, resulta un espacio de evaluación grupal y autoevaluación de cómo estuvo la jornada si se cumplió la planeación y de dejar el espacio para la expectativa del nuevo día.
El proyecto pedagógico, se plantea a partir de las características particulares que la maestra observa del grupo, ya sea de una necesidad identificada o del interés manifestado por los niños. A través de los proyectos se facilita la construcción de un nuevo conocimiento, permitiendo desarrollar formas de pensamiento más avanzadas y modalidades más complejas de interacción con los otros y con el mundo. Los proyectos se traducen en plantear un “tema” de formación, que abarca los ejes de desarrollo que fortalecemos en los niños que vienen a Michin: Socioafectivo y emocional, comunicación y lenguaje, arte y creatividad, corporal, cognitivo y medio ambiente, a través de nuestras 4 actividades rectoras que orientan la labor pedagógica de las maestras: el juego, el arte, la literatura y exploración del medio.
Los centros de aprendizaje son una estrategia a través de la cual, los niños empiezan a relacionarse con actividades fundamentales para la construcción del conocimiento específico; entre estos están el lógico matemático, el lenguaje, el científico y el estético (música-arte). En ellas, los niños razonan, formulan hipótesis, justifican y explican su punto de vista. De acuerdo a la cantidad de niños en el grupo se distribuyen en los centros ya establecidos por los cuales cada uno podrá rotar.
Son espacios delimitados y concretos, donde los niños y niñas juegan simultáneamente, las actividades pueden desarrollarse de forma individual o colectiva (según el agrupamiento que se decida de acuerdo a la intención pedagógica de la maestra). La propuesta de trabajo por rincones tiene como objetivo establecer estrategias organizativas que den respuesta a los distintos intereses de los niños y niñas, y que a la vez respeten los diferentes ritmos de aprendizaje. Esta estrategia se caracteriza por permitirle a los niños tener libertad al elegir el juego que desea realizar y poner en práctica el juego simbólico.
La distribución de las aulas se hace por “zonas”, que corresponden a cada uno de los espacios fijos en que dividimos el aula y en la que se van ofreciendo propuestas de los rincones, como ya hemos dicho, no son estables para todo el grupo, se van modificando en función de las necesidades y los intereses de los niños. La duración de las propuestas de los rincones en cada zona es variable, dependiendo del interés que manifiesten los niños y la posibilidad de introducir aspectos que se estén trabajando en las actividades diarias y en los proyectos.
Es un texto en el que aparecen los nombres de: el jardín, el grupo, la maestra y de los niños. Los nombres de los niños deben estar enumerados, y organizados en orden alfabético ya sea por la letra inicial del nombre o del primer apellido (con los niños más pequeños se puede poner la foto al lado del nombre). Por medio de esta se reconocen como miembros del grupo, distinguen su nombre y tienen la oportunidad de descubrir que hay otros niños, empiezan a conocer las letras, lo que les posibilita darse cuenta de cómo funcionan las cosas, para que sirven y “saber que saben”, así como establecer relaciones con el otro distinguiendo su individualidad.
El plan del día es una estrategia pedagógica que consiste en planear y organizar las actividades que se realizan en un día; esto se concreta en una banda dibujada distribuida en varios espacios, en los cuales se representan con símbolos o imágenes cada una de las actividades que se van a realizar en forma secuencial y ordenada, durante la jornada.
Contribuye a ubicar y organizar al niño en un tiempo y en un espacio específico; destaca la importancia de crear regularidades que los capacitan para enfrentar y solucionar los “desequilibrios” que se plantean, en el conocimiento de nuevas situaciones.
Se introducen y fortalecen las nociones de “antes, ahora y después” y el hecho de que hay un momento para cada cosa como: las actividades pedagógicas y recreativas, la alimentación, el aseo, el vestuario y el sueño, les permite autorregularse en tiempo y espacio favoreciendo así su autonomía.
Son las diferentes formas que utilizamos para corregir y mejorar comportamientos de los niños, partiendo de construcciones grupales, en las que los niños son los principales actores y determinan cuales son los acuerdos, compromisos y consecuencias frente al incumplimiento de alguno de ellos. Entre algunos encontramos acuerdos acerca de cómo tratar a los amigos, cómo cuidar el material y espacios del jardín, etc. Estos acuerdos se plasman por escrito y se dejan a la vista de los niños, se revisan con ellos permanentemente y se hacen ajustes de mejora de ser necesario.